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Los niños nacidos en la era digital piden salas personalizadas e interactivas

Los niños crecen todo el tiempo. Esta es una de las razones por las que resulta práctico y ventajoso que las habitaciones de los más pequeños estén diseñadas para crecer con ellos. Los muebles a medida son ideales para ello, evitando las molestias de las reformas y, sobre todo, los gastos excesivos y frecuentes.

A la hora de preparar el proyecto, es importante tener en cuenta aspectos relativos a adaptaciones futuras, a corto y medio plazo, teniendo en cuenta las fases de crecimiento del niño y sus respectivas necesidades. Los más pequeños tienen mucha energía y literalmente saltan de la cama y juegan. Las salas funcionales garantizan que todas las actividades se puedan realizar allí, de forma segura y cómoda.

Una madre y un padre siempre nacen en el momento en que nace un bebé. La funcionalidad necesaria para que todas las tareas que implica el cuidado de un recién nacido se puedan realizar sin mayores perturbaciones debe ser uno de los fundamentos del diseño de la habitación de un bebé. Funcional, pero no exento de comodidad y personalidad.

Los colores son elementos clave, ya que afectan el estado emocional del niño y también de quienes lo cuidan. El dormitorio es principalmente un entorno de descanso. Teniendo esto en cuenta y dado que los colores actúan como elementos capaces de provocar sensaciones, los tonos suaves son los más adecuados, tanto en muebles como en objetos decorativos, para que el ambiente sea de tranquilidad y confort. Además, los colores claros aportan amplitud a los espacios. Hoy en día, este ambiente se beneficia de los tonos pastel y los colores dulces, pero esta paleta no tiene por qué limitarse a los clásicos azules y rosas.

La posibilidad de adaptación es una gran ventaja cuando se trata de habitaciones infantiles. Una cuna hueca, por ejemplo, además de contribuir a la sensación de amplitud, también puede ser una pieza duradera, cuando es del tipo “3 en 1”, es decir, una minicuna para acomodar al recién nacido, una cuna, que brinda seguridad y comodidad hasta los 3 años y una mini cama, donde podrá dormir el niño hasta los 7 años.

No pueden faltar las cajas, nichos y cajones organizadores de fácil manejo, imprescindibles para la organización. Los objetos decorativos interactivos, como cuerdas para trepar, aportan personalidad al ambiente y animan a los niños a moverse. Un escritorio depende del área disponible y se puede planificar saliendo de la cama o del armario, por ejemplo, para optimizar espacios.

Los niños crecen y el mobiliario necesita crecer con ellos, para garantizarles seguridad, comodidad y la posibilidad de descubrimientos y aprendizajes en cada etapa. Los pequeños necesitan sentirse en su propio entorno, un lugar acogedor donde jugar, dormir, soñar y desarrollarse.

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